Escuela Volver Al Ser

Nos beneficiaremos mucho en todo nuestro crecimiento personal, desde darnos cuenta por qué necesitamos la aprobación de los demás. 

 Tomaremos conciencia de como necesitamos la opinión de los demás para sentirnos queridos. Y porque esto hace que a veces no sepamos decir NO, aunque por dentro nos sentimos mal por no ser leal a nosotros mismos, seguimos una y otra vez diciendo SI en un 90% de las veces.

Nos enseñará a amarnos, aceptarnos, respetarnos como mujeres, hombres y seres humanos. 

Recordaremos que, aunque avanzamos en nuestras apariencias físicas, no dejamos de ser niñ@sy esto tenemos que mantener activo siempre. 

Podremos ser más selectivos con nuestras amistades, parejas, porque estaremos aprendiendo a estar con nosotros mismos y niños en nuestros interiores.

Conforme vayamos identificando las heridas que traemos de la infancia o de gestación o de ambas comenzando los cambios de evolución, porque al identificar heridas el niño se va activando y vamos reconectando con su inocente y amorosa energía… Para luego expandirnos en la vida. 

La reconexión con nuestro niño interior nos va a permitir tener relaciones sanas (de cualquier índole) un desarrollo pleno en la parte laboral, familiar… Expansión de prosperidad y abundancia en diferentes aspectos de la vida.

Algunos de los problemas emocionales que podemos solucionar son; miedo, ansiedad, tristeza, depresión, entre otros… Problemas físicos como mejorar la apariencia, y dolencias del cuerpo.

La espiritualidad se acentúa porque vamos creciendo de la mano con nuestro niñ@… nos hacemos más perceptivos, escuchamos nuestra voz interior de una manera diferente, amorosa y atenta. 

No se trata de aprender un curso, es una filosofía de vida aprender a estar de la mano con nuestro niñ@ interior desde nuestro adulto. La herramienta nos brinda consejos para que día a día estemos en conexión y vivamos plenamente nuestra vida. 

Conoceremos e integraremos las diferentes heridas emocionales que cargamos casi todos los seres humanos. 

Conseguiremos armonizar nuestra vida cotidiana, mirada de la vida y sus experiencias desde el adulto, no desde la víctima, ni desde el niño herido: cambiando las relaciones en general para optimizar cada una de ellas, desde el lugar que nos corresponde ocupar como adultos. 

Nos conectaremos con la alegría de la vida, la espontaneidad, nuestras potencialidades y virtudes, toda nuestra inocencia, confianza y naturalidad.